Fieles al Señor

Creo sin temor a equivocarme que usted y yo sabemos que venir a los pies del Señor es solo el inicio de un largo y arduo camino angosto. En las cuales hay sus desafíos pero que en verdad hay más altas que bajas. 

Un mandamiento presente desde que decidimos buscar al Señor, es perseverar. Perseverar no es tarea fácil, de allí las exhortaciones en varios pasajes de la Biblia que nos anima a no soltar la mano del Señor. 

Seamos sinceros, decir abiertamente, que usted cree en Dios, o es un cristiano no católico. Es una razón para ser rechazado por la mayoría de las personas modernas. Sea en la familia, en el trabajo y con los amigos. 

Pero esto no es nada nuevo, ha ocurrido desde siempre. 

Tampoco la Biblia no niega que algunos abandonen el camino del Señor; el propio Jesús por ejemplo lo gráfico con la semilla que cayó en piedra en la parábola del Sembrador (Lucas 8:13). 

Muchas personas entran a la iglesia así como algunas otras salen. Eso es triste, pero no deja de ser la verdad. 

Cuando Pablo le escribió a Timoteo le recordó esto: “Si sufrimos, también reinaremos con él; Si le negáremos, él también nos negará.”  (2 Timoteo 2:12). 

El reto sigue siendo el mismo sin importar en qué parte después de la cruz de Cristo nos encontremos: Perseverar, agarrados de la mano del Señor, no dejando la iglesia. Porque en la iglesia, nos fortalecemos; además que él prometió salvar a los que en ella se encuentren. 

Pero, ¿Cómo podemos perseverar sin importar los obstáculos dentro y fuera de la iglesia? Aquí algunos consejos:

  1. Ministre para el Señor y no para la gente. Hechos 13:2. La clave del servicio, es hacer las cosas para agradar a Cristo. Colosenses 3:23 dice: “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres”.

Algunas personas, se desaniman porque intentan hacer algo para ayudar y estimular a los demás. Pero a veces, resulta lo contrario, terminan siendo criticados o no valorados por el intento. 

Así que lo que usted haga. Hágalo para el Señor. Su meta es complacer al Señor y no a la gente. Recuerde que para gustos los colores.

  1. Acepte los desafíos, no se acobarde. Hechos 11:19-20. Unos varones de Chipre y de Cirene no siguieron el modelo tradicional de predicarle solamente a los judíos, ellos asumieron el riesgo de predicarle a los gentiles también sin una reunión previa con los apóstoles para ver si era correcto. 

Asumieron el riesgo, y con ello, vino lo mejor. La aprobación del dueño de la Iglesia (Hechos 11:21). 

Para perseverar, se necesita fe y coraje. 

  1. No subestime al Espíritu Santo. 1 Corintios 2:11. Si desea conocer al Señor, entonces ocúpese en las cosas del Espíritu. El Espíritu Santo, es dado al cristiano para acompañarle en la vida, y él es la garantía de nuestra herencia (Efesios 1:13-14).

 “No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu,” (Efesios 5:18). 

  1. Presencie al Señor como alguien real en su mente. 2 Timoteo 4:17. Pablo lo hizo: “Pero el Señor estuvo a mi lado, y me dio fuerzas, para que por mí fuese cumplida la predicación, y que todos los gentiles oyesen. Así fui librado de la boca del león.” 

Regularmente asimilamos que el Señor está en el cielo, por tanto está lejos de nosotros y no puede ver lo que hacemos, ni sabe lo que sentimos. 

Pero, eso es un concepto erróneo. Él sabe más de usted, que usted mismo. 

  1. No solo escuche, escudriñe la Biblia. 2 Timoteo 3:16. “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia,” 

Escudriñe la Biblia, para usted. Para aprender, refútese, corríjase a sí mismo. Y el resultado será que encontrará múltiples ejemplos de perseverancia. Y entenderá tanto que sus desafiós como los míos son livianos comparados a los que lidiaron los santos hombres y mujeres de Dios. 

Escrito por Eliezer Pérez.