
Un día como hoy se celebran las elecciones en nuestro Paraguay, siendo las elecciones presidenciales el plato fuerte de este tema, algunos tienen simpatía por un candidato más que por otro. Y esperanza que su voto sea lo suficiente para que su elegido sea quién nos dirija los próximos cinco años.
Pareciera que en asuntos como estos, todos incluso los cristianos no estamos de acuerdo en votar por unanimidad por alguien, al final y al cabo el voto es personal y también cuestión de percepción y de gustos.
Pero a pesar de eso, y sin importar quién sea electo por los próximos años, los cristianos tenemos las mismas responsabilidades.
La primera es someternos (1 de Pedro 2:13 al 17). Y la segunda y no menos importante es orar por ellos (1 de Timoteo 2:1-2).
¿Por qué? Bueno, porque cualquier forma de gobierno es mejor que una ANARQUÍA. Una anarquía es un caos para una sociedad, porque es una ausencia de gobierno o de autoridad en el sistema. Pero por muy anticuado que suene una verdad es clara: El ser humano no puede vivir sin ley. Incluso la civilización más grande va de la mano con un sistema de gobierno.
Sin embargo, un sistema de gobierno humano no está exento de caer en escándalos de corrupción. Pues, si a los que somos cristianos por muchos años nos cuesta luchar con la tentación y a veces caemos, ¿Cuánto más aquellos que no conocen la Palabra de Dios? No me mal entienda que defiendo un mal manejo de política pública, sino que simplemente debemos ser realistas, después de todo es un gobierno humano.
Estudiando este tema, es inevitable hacernos esta pregunta: ¿Sí un estado de gobierno es necesario para el ser humano y Dios lo sabe, por qué Jesús no habló o hizo referencia de la importancia de corregir el sistema político?
Para el tiempo del Señor Jesús, Tiberio César era el emperador romano de aquel entonces (Lucas 3:1).
El Señor guardó silencio sobre este asunto, pero sí fue evidente que no quiso que relacionarán su ministerio con la política. Se cuido que no fuera seguido por judíos descontentos con el sistema romano (Juan 7:10-11). Al contrario NO se resistió a obedecer lo que la Ley romana decía sobre los impuestos (Mateo 17: 24- 27).
Comúnmente se ha dicho, que no todos sus discípulos le siguieron con buenas intenciones, sino que uno le seguía teniendo la esperanza que por medio de su movimiento en crecimiento en algún momento se revelara contra las autoridades de aquel entonces. Por supuesto, hablamos de Judas. Pero el pensamiento de Judas, no era más que el fruto de lo que por muchos años la escuela rabina Shamai había enseñado sobre el futuro Mesías.
El silencio del Señor sobre esto por varios años puede enseñarnos realmente que ningún gobierno está a salvo de errores. Y esto (el gobierno) también es pasajero. Pero a pesar de eso, no nos exime de obedecer a nuestras autoridades en turno.
En cuanto, al Señor Jesús podemos decir lo siguiente:
- Sus padres María y José, obedecieron el censo hecho por Augusto Cesar con fines de obtener más impuestos (Lucas 2: 1-7).
- Reiteradas ocasiones evitó ser visto como un precursor de una revuelta judía, cosa que violaba la paz romana.
- Pagó sus impuestos (Mateo 17:24-27).
- Y no se rehusó a comparecer ante Pilato, gobernador de Judea (Mateo 27).
Pablo, también es otro ejemplo. Él fue un ciudadano legal dentro del gobierno romano y ejerció lo que tenía como derecho.
Pablo en Romanos dice: “Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos.” (13: 1-2). Pareciera que Pablo tuviera en su mente a Jesús cuando estuvo frente a Pilato; Y Jesús le dijo que él ocupa ese cargo porque él se lo permitió (Juan 19:11).
Pablo tampoco rehusó la pena de muerte por parte de los romanos en caso de haber cometido un delito (Hechos 25: 10-11).
Por otra parte, otra pregunta surge para nosotros también ¿Debemos someternos en todo o existe alguna excepción? La Biblia tiene varios ejemplos de esto, por ejemplo en el Libro de Daniel 6; se promulgó un edicto del rey Dario por parte de los Medos y Persas que impedia “orar a cualquier dios u persona que no fuera el rey debía ser echado al foso de los leones”. Daniel la desobedeció y siguió orando a pesar de ser acusado.
Otro ejemplo es el de los apóstoles Pedro y Juan, quienes fueron amenazados para que no siguieran predicando a Cristo; pero al contrario ellos no vieron justo dejar de obedecer a Dios para quedar bien con ellos (Hechos 4:19). Pedro y Juan desobedecieron a sus autoridades judías.
Un ejemplo práctico para nosotros puede ser, que se nos obligue a reconocer el matrimonio del mismo sexo como algo normal. Y por ello debemos consentirlo y aprobarlo en la iglesia. Esto NO se debe obedecer, pues atenta contra los principios divinos que Dios nos ha dado.
Para finalizar, dos cosas son ciertas para nosotros y para las generaciones que vendrán según la Biblia. Someternos a la autoridad, y orar por ellas en lugar de estar constantemente criticándolas. Haga de ahora un ejercicio: Empiece a orar por ellos, para que vivamos quieta y resposadamente; y para que sobre todo el evangelio sea predicado sin impedimento.
Mientras tanto recuerde, que como cristiano debemos ser los mayores ejemplos de lo que es ser un buen ciudadano. Obedezca y cumpla la ley, como dice el viejo refrán: “El que nada debe nada teme”
¡Dios le bendiga!