Sin Cristo…

Introducción: 

  1. Cuantas veces ha salido de su casa, y ha tenido que regresar porque olvido su celular. ¡Lo más probable es que más de una vez!. 
  2. Ultimamente vivimos tan apegados a los dispositivos digitales. Que hasta parece una parte del cuerpo. 
  3. Según investigaciones recientes, se estima que una persona promedio pasa entre 3 y 4 horas al díautilizando su teléfono móvil. De ese tiempo, una gran parte se dedica a las redes sociales, donde los usuarios pueden invertir hasta 2 horas y media diarias navegando, publicando o interactuando con otros. Esta tendencia refleja cómo la tecnología se ha integrado profundamente en nuestra rutina diaria, llegando a influir en la forma en que nos comunicamos y ocupamos nuestro tiempo.
  4. Del mismo modo podemos preguntarnos ¿Podemos vivir desconectados de Cristo en nuestra vida? 
  5. Pues, aunque parezca extraño algunos creen que si. 
  6. Piensan que estan bien e incluso pueden ser productivos. 
  7. En la Biblia encontremos un episodio de lo que estamos hablando, especificamente en Juan 15. 

La ilustración era muy familiar para sus discipulos, una vid, que debia producir frutos. Y con ella el proceso que conllevaba su fertilidad. De esta narrativa, pasando por alto la separacion de los capitulos, y los versiculos. Notamos valiosas enseñanzas como el servicio, la humildad (en el capitulo 13) la necesidad de amarse “el mandamiento del amor”  (13:34) las palabras de consuelo, cuando el ascendiera a los cielos y ellos quedaran todavia (14:1-3; 26). 

Asi que detengamonos para mirar más detalladamente cuatro lecciones 

Primero: Sin Cristo, no podemos conectarnos a Dios.  El Señor tenia que ascender a los cielos, despues de tan solo tres años y medio de ministerio. Asi que lo más logico es que los discipulos se sintieran angustiados de su partida, “turbados de corazón” (Juan 14:1). ¿Qué pasaría por la mente de ellos? 

¿Se ha sentido solo alguna vez? Es lo más probable, pero recuerde lo que el Señor le dijo a ellos: “No os dejare huerfanos; vendre a vosotros” (14:18), además que el enviaría al Espiritu Santo (14:26). De quién dijo que convenia que viniera, porque convenceria al mundo de pecado, y de justicia y de juicio. 

Pero recuerde que estar conectado al Señor, es estar acompañado del Espiritu Santo, por ende usted no esta solo. El intercede por nosotros (Romanos 8:26-27) ¡Dios esta con nosotros! 

Segundo: Sin Cristo, no podemos ser podados para dar frutos. Aquí es donde entra en escena la Palabra (Juan 15:3). La palabra es fundamental para purificar al creyente y permitirle producir más frutos. Por ello, es pertinente cuestionarnos acerca de cuánto conocimiento tenemos sobre la palabra y cómo lo aplicamos en nuestra vida diaria. En la actualidad, solemos acumular información sobre diversos temas, a menudo más que sobre la propia palabra. Sin embargo, la enseñanza de la palabra de Dios abarca aspectos como el servicio, la humildad y la fortaleza ante la adversidad, además de orientar sobre una correcta forma de vivir. Cuando no se produce fruto, generalmente esto indica que no se está otorgando la debida importancia a la palabra.

Tercero: Sin Cristo, no se puede vencer el mal. Esta es una gran verdad, que descansa en sí queremos Derrotar el mal debemos tener un contacto con el bien. Y no hay mejor bien, que estar con el Señor, porque él dice: “permaneced en mí porque separado de mí nada podéis hacer” (Juan 15:5). Sino se permanece se cumple lo de aquel pámpano que no dio fruto, y no sirve para más nada que ser quemado. 

Es imposible que una persona que se haya separado de Cristo le pueda ir bien espiritualmente. Pedro ilustra esta realidad como la puerca lavada que vuelve al cieno y el perro que vuelve a su vómito (2 Pedro 3:22). 

Cuarto: Sin Cristo, no sabemos el significado del amor. Esto es importante recordar porque amor es una decisión no una mera emoción. El mandamiento bíblico es que “debemos amarnos los unos a los otros” Juan 13:34, de la misma manera como el Señor nos amó a nosotros. Este mandamiento no dice a quien debemos y con quien no estamos obligados amar. 

Sino que dice: “En esto conocerán todos que son verdaderamente mis discípulos…” (Juan 13:35). Es fácil amar a aquellos con los que nos llevamos bien, pero este mandamiento es especifico: “debemos amar a nuestros hermanos” incluso aquellos que son difíciles para convivir. La base de este principio es sencilla: Dios es amor (1 Juan 4:8). Y quien no ama y no soporta a su hermano simplemente no guarda la Palabra, no permanece en el mandamiento. Por tanto, es un desobediente. De modo que también resulta incompatible escuchar que somos cristianos pero que al mismo tiempo no soporto ni amo a otro hermano en Cristo.  Se supone que ambos vamos camino al cielo y cómo se supone que entraremos a compartir un mismo lugar estando enemistado con otro creyente. 

Así que lo que debemos hacer es: “en cuanto dependa de nosotros estar bien con todo” y si ese hermano tiene un problema conmigo, del cual no soy culpable de remordimiento es un asunto que él deba resolver con el Señor pero en cuanto a mí trataré de llevarme bien con respeto y tratándole con amor, aunque a veces sea difícil. 

Conlusión:

Estimado hermano y amigo, existe un método fundamental para generar resultados positivos, claramente expuesto en la Biblia: es necesario purificarnos para poder ser más productivos. Este proceso puede implicar dificultades, similar a lo que sucede con los sarmientos, pero pese al reto, es importante permanecer vinculados a la vid. Separarse de ella equivale a perder toda utilidad y significado. 

Usted puede incluso vivir desconectado de sus dispositivos electronicos, y no le sucedera nada. No siempre exisitieron y viviamos bien de salud. Pero lo que si no podemos hacer, es creer que podemos vivir desconectados de la Vid verdadera (Jesús). Si se mantiene en él, puede llevar una vida fructifera.

Por lo tanto, depende de cada individuo decidir si desea llevar una vida provechosa o una vida carente de propósito. Que podamos tener discernimiento en este aspecto.

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