
Durante los últimos años las ciencias han corroborado con la religión cristiana y una de ellas es la arqueología la que ha encontrado descubrimientos extraordinarios. Ninguna otra disciplina ha contribuido tanto a la interpretación de la Biblia y al deleite de su lectura.
Sin embargo, esta disciplina también ha tenido momentos embarazosos por ejemplo en 1929 sir Leonard Wooley, declaró mientras excavaba en la Mesopotamia que había encontrado el testimonio del diluvio, por desgracia para él y para la arqueología, mucho se ha avergonzaron cuando surgieron otras capas de sedimento de inundación en distintos estratos de la zona. Otros también han afirmado haber encontrado la ubicación del jardín del Edén, el arca del pacto y cosas por el estilo, pero no hay que confundir este tipo de declaraciones con los descubrimientos reales y legítimos a lo largo del antiguo cercano oriente.
La función verdadera de la arqueología no es probar la Biblia ya que esa clase de prueba solo puede encontrarse en ciencias deductivas como la matemática y la lógica Por otro lado la función de la arqueología es la siguiente: 1) proporcionar materiales culturales epígrafes y creados por el hombre que provean trasfondo para interpretar la Biblia con precisión; 2) vincular los sucesos del texto bíblico a la historia y la geografía de la época; y 3) forjar confianza en la revelación de Dios cuando las verdades de las escrituras inciden en los sucesos históricos.
Durante los últimos años la arqueología dio más peso al argumento a favor de la fiabilidad de la Biblia. Se identificaron de manera provechosa individuos pueblos lugares costumbres y entornos políticos y religiosos poco conocidos hasta entonces. Y eso ayuda y contribuye sobre el hecho de que la Biblia no es un libro de fábulas, sino que está basado también en información extrabíblica qué se puede corroborar con la historia, tomemos algunos ejemplos:
Individuos perdidos:
Hace mucho tiempo estuvo de moda ridiculizar el libro de Isaías 20:1 por haber mencionado a Sargón rey de asiria. Y se habían hecho excavaciones en Nínive que habían revelado a todos los Reyes de asiria, pero no se había encontrado ningún Sargón. De modo que para ellos la Biblia debía estar entonces equivocada, por mencionar un rey desconocido. Sin embargo, en 1843 Paul Emile Botta encontró un emplazamiento virgen al noreste de Nínive donde luego hizo excavaciones la Universidad de Chicago la cual publicó los detalles en la década de 1930 y se encontró que Sargón había construido su capital allí en el 717 a. C. No obstante, su hijo volvió a Nínive. La lección de Humildad quedo, y hoy en día el rey Sargón es uno de los monarcas asirios más conocidos gracias a la arqueología en años posteriores.
Pueblos perdidos:
Muchos incrédulos dudaban de la existencia de los hititas y que formarán parte de la tierra de Canaán, pero no fue hasta 1906 que Hugo Winckler descubrió el imperio hitita. Ahora este hecho está tan bien documentado que han sido necesarios grandes volúmenes para elaborar un diccionario hitita fundamentado en las tablillas que quedaron de esa civilización.
Lugares perdidos:
Siempre hubo polémica en el pasado por la ruta que tomaron los israelitas con dirección a la tierra de Canaán esa lista de lugares mencionados en el libro de Números 33, sin embargo Charles Malakoff señaló 3 antiguos mapas egipcios del camino desde el Araba a las llanuras de Moab. El más antiguo estaba grabado en los muros de Karnak correspondiente al reinado de Tutmosis III (1504 al 1450 a. C) según esta lista el recorrido de sur a norte sigue con precisión la ruta que los israelitas incluyeron en el libro de números donde se menciona en especial cuatro centros: Ije-abarim, Dibón, Abel y Jordan.
También muchos escépticos habían defendido la postura de que Nazaret era un pueblo ficticio porque algunos historiadores y el Talmud incluso Pablo nunca lo mencionaron. Sin embargo, James Strange describe a Nazaret como un lugar pequeño (60 acres) con una población de 480 personas. Además, se pudo comprobar que después de que el templo judío fue destruido algunos sacerdotes fueron reubicados y según un texto en arameo una familia fue enviada a Nazaret. Y gracias a la arqueología se pudo comprobar los límites del pueblo porque las tumbas estaban fuera, también se hallaron jarrones, vasijas, lámparas, lo que en realidad comprueba es que a Nazaret era en verdad un pueblito insignificante.
Conclusión:
Muchos otros descubrimientos se han encontrado que aportan valor a la fe cristiana, tenemos testimonios que mencionan la existencia de un Jesús de Nazaret, Plinio el joven, Flavio Josefo, incluso el Talmud tiene una cita acerca de un sabio que es Jesús. Por supuesto hay muchos más que nos ayudan en nuestra fe. Pero tenemos que dejar algo claro: la arqueología no determina si lo que se dice es verdad en cuanto a la enseñanza, lo que sí puede hacer es dar credibilidad sobre el texto Bíblico. En este sentido podemos estar confiados que la fe cristiana está fundada sobre hechos reales y no sobre emociones ni invento de la mente, como sí lo pueden ser otras creencias.
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