Imperativos

Hay quienes no rechazan la idea de que Dios exista, sino la simple idea de un Dios que establezca las reglas. Y para decir la verdad, aunque obedecer órdenes no parece ser algo tan agradable, tiene su fundamento, del por qué existen ciertas órdenes.  Por ejemplo, cuando niños, teníamos a nuestros padres, quienes establecían sus reglas en casa, no teníamos voz ni voto sobre que era mejor. Simplemente porque había una autoridad establecida: Nuestros padres. Y ellos sabían que era mejor para nosotros, incluyendo sus latigazos con el cinturón, la chancleta, etc. 

Las reglas del hogar se establecían en conjunto padre y madre, y los hijos que vienen después se deben adecuar a ellas. Nadie creería que es coherente que un niño de 2 años tenga participación, y deba elegir qué debe comer, a qué hora dormir, y no usar ropa. Creo que si fuera de este modo, nadie comería sano, tampoco aprendería los quehaceres del hogar, ni fuera a la escuela. Aunque ahora, parece ser que se está perdiendo ese modelo de crianza. 

Se puede comprender que un niño se enoje porque se le diga lo que debe comer y hacer. Pero, que un adulto rechace “órdenes sensatas” da la impresión que creció resentido de lo que significa “autoridad” o que creció sin ella. 

De modo que cuando algunos escuchan el evangelio, les resulta difícil aceptarlo no porque no lo entiendan, sino por los imperativos. Un imperativo es una orden, un deber inexcusable (RAE, Diccionario de la Lengua Española). Incluso algunos creyentes suponen que no tienen obligaciones ante Dios, porque debemos acercarnos a él de manera voluntaria, y lo que hagamos debemos hacerlo de corazón mal utilizando 1 Corintios 13:1-3.

Lea 2 Corintios 5:14. “Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron;”  

Este simple pasaje echa por tierra toda nuestra lenta voluntad, porque “constreñir” significa nos obliga, nos oprime, etc. Es decir, el amor de Cristo, nos ordena a hacer ciertas cosas, por ejemplo aquí una lista:  

  1. Nos manda a creer en Dios (Hebreos 11:6).
  2. Nos manda a nacer del agua y del Espíritu (Juan 3:7).
  3. Nos manda a arrepentirnos (Hechos 2:38;17:30).
  4. Nos manda a congregarnos (Hebreos 10:25).
  5. Nos manda a servirle (1Corintios 15:58).
  6. Nos manda a soportar el sufrimiento (2 Timoteo 3:12) 

La lista sigue de tantas órdenes que Dios ha dado para la humanidad, sin embargo, nosotros no debemos ver a Dios como un dictador, sino como un Dios que ha puesto órdenes agradables y buenas para nosotros. Recuerde que Dios es amor (1 Juan 4:8). Pero también le desafió, ¿Es usted uno de los que no les gusta que debe hacer? Pues a muchos de nosotros si, sobre todo si es nuestro Padre Celestial. 

¡Dios le bendiga!

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